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30 de agosto de 2021

La próxima vacuna contra el COVID-19 tendrá un importante ingrediente chileno

Pese a que ya hay varias vacunas en el mercado contra el coronavirus, lo cierto es que no son pocos los laboratorios que están buscando alternativas para desarrollar sus propios compuestos, pues el COVID-19 llegó para quedarse y en el futuro, seguramente, será una vacuna recurrente, como es la de la influenza, por ejemplo. Quizás los proyectos más llamativos son aquellos que buscan utilizar plantas para producir vacunas, pues tienen ventajas considerables en términos económicos, lo que podría facilitar el acceso a estos productos por parte de países menos desarrollados.

Una de esas alternativas es, por ejemplo, la que lleva adelante la empresa canadiense Medicago en conjunto con el fabricante GlaxoSmithKline, cuya vacuna a base de plantas ya fue autorizada por el gobierno argentino para ser probada en un grupo de voluntarios.

Otro proyecto, algo más avanzado, es el que desarrolla la farmacéutica sueco-estadounidense Novavax, que el año pasado comenzó a realizar sus primeros ensayos y podría ser autorizada para su uso en Europa en las próximas semanas. Y éste tiene una particularidad: uno de sus componentes claves es chileno.

En efecto, la vacuna de Novavax está basada en proteínas recombinantes y está llamada a ser la primera de su tipo en ser aprobada para combatir el COVID-19. Y entre sus componentes está el quillay, un árbol milenario endémico de nuestro país y que el pueblo mapuche, que lo conoce como küllay, lo ha ultilizado por siglos para curar desde males estomacales hasta reumatismos.

El extracto de su corteza, conocido como quillaia, se utiliza de hecho en muchos otros productos dadas sus propiedades, especialmente en el campo de la cosmética o la industria alimentaria. Por sus saponinas vegetales, moléculas que hacen espuma al entrar en contacto con el agua, al quillay se le conoce como el “árbol de la corteza de jabón”.

Según el diario español El Mundo, la vacuna Novavax ya firmó un acuerdo con la Comisión Europea para suministrar más de 200 millones de dosis a los países miembros durante los próximos dos años, una vez terminados los últimos estudios clínicos.

El catedrático de patología general de la Universidad Estatal de Milán, Sergio Abrignani, explicó al medio que el funcionamiento de Novavax “es diferente” a las vacunas de vector viral, ARN mensajero o virus inactivados que existen actualmente, pues “introduce la proteína Spike desarrollada en el laboratorio y mezclada con un adyuvante a base de saponina para estimular el sistema inmunológico innato en el cuerpo”.

“Este último a su vez ayuda a desencadenar la respuesta adaptativa, es decir, los linfocitos T y B, y en consecuencia la producción de anticuerpos dirigidos contra el coronavirus”, recalcó.