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3 de junio de 2021

Infectados por COVID-19 podrían generar anticuerpos contra el virus toda su vida

Dentro de las malas noticias que tenemos a diario producto de la pandemia de COVID-19, un estudio publicado en la prestigiosa revista científica Nature viene a traer algo de tranquilidad a quienes han sufrido casos leves de esta enfermedad, al demostrar que estas personas producen células inmunes capaces de generar anticuerpos contra el virus durante el resto de sus vidas.

De acuerdo a la investigación, desarrollada por la Universidad de Washington, se trata de células plasmáticas de larga vida, las cuales migran a la médula ósea, donde se mantienen secretando, de forma continua, niveles bajos de anticuerpos en el torrente sanguíneo.

Lo importante en esta investigación es que, tras analizar a 77 pacientes que tuvieron casos leves o moderados de COVID-19, se pudo determinar que varios meses después de recuperarse, cuando sus niveles de anticuerpos en la sangre ya habían disminuido, las células inmunitarias de la médula ósea seguían estando preparadas para bombear nuevos anticuerpos contra el coronavirus.

Uno de los coautores del estudio, el inmunólogo Ali Elledeby, explicó en un comunicado que estos datos sugieren “que los casos leves dejan a los infectados con una protección duradera de anticuerpos”, por lo que “es posible que los brotes repetidos de la enfermedad sean poco frecuentes”.

RESULTADOS ALENTADORES
El estudio explica que, al producirse una infección por COVID-19, se generan rápidamente células inmunitarias de corta duración, las cuales son capaces de secretar una primera oleada de anticuerpos protectores. Y, por cierto, en la medida que estas células se extinguen, los niveles de anticuerpos van disminuyendo.

No obstante, un grupo de estas células inmunitarias son las llamadas células plasmáticas de larga vida, que se mantienen en reserva tras la infección, migrando la mayoría de ellas a la médula ósea.

Para determinar si los pacientes de su estudio -de los cuales sólo seis estuvieron hospitalizados- tenían de estas células contra el SARS-Cov-2, el equipo usó muestras de sangre, a intervalos de tres meses, comenzando aproximadamente un mes después de la infección inicial. Para comparar, también tomaron muestras de personas que no habían pasado por la enfermedad.

Ellebedy explicó que, tras el análisis, se determinó que vimos que las células “simplemente estaban asentadas en la médula ósea y segregando anticuerpos. Llevan haciéndolo desde que se resolvió la infección y seguirán haciéndolo indefinidamente. Estas células vivirán y producirán anticuerpos durante el resto de la vida de estas personas”.

Los autores del estudio indicaron, eso sí, que aún no está claro si se observarán los mismos resultados en los supervivientes de casos COVID-19 de moderados a graves.