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27 de mayo de 2021

Estudio establece que 73% de casos graves de COVID-19 queda con síntoma a largo plazo

Se ha dicho muchas veces que la batalla contra el COVID-19 no termina cuando el paciente deja de estar contagiado y que, por el contrario, ese no es más que un primer paso en un largo camino de rehabilitación. Algo que vivimos a diario en la UCI Weaning del Hospital Metropolitano, donde son atendidas personas que vencieron al coronavirus, pero estuvieron intubados largo tiempo.

Ese periodo de inactividad, con un tubo en la garganta como principal soporte para mantenerse con vida, les deja secuelas importantes que pueden ir desde dificultades para mantenerse en pie, hablar o incluso deglutir. Es ahí donde entra en juego nuestro personal multidisciplinario, formado por médicos, kinesiólogos, enfermeros, fonoaudiólogos y terapeutas ocupacionales.

Esta realidad que vemos en la práctica es ahora refrendada por un estudio publicado por investigadores de la Universidad de Stanford, de Estados Unidos, quienes realizaron una revisión de otros 45 trabajos ya existentes, en los cuales se siguió la evolución de 9.751 pacientes en los meses posteriores a sufrir la infección por COVID-19.

El estudio, publicado en el sitio web JAMA Network, determinó que el 73% de estos pacientes tenían al menos un síntoma 60 días después del diagnóstico o de la admisión al hospital, lo que fue consistente, incluso, en trabajos que siguieron a estas personas por seis meses tras su alta.

Entre los síntomas más frecuentes, los investigadores determinaron que un 40% de los pacientes experimentó fatiga, un 36% tuvo dificultades para respirar y un 25% sufrió de “niebla mental” o incapacidad para concentrarse.