“Donar sangre es donar vida”. Lo hemos escuchado muchas veces, pero no son muchos los que realmente le toman el peso a una frase tan potente. Es un eslogan, es cierto, pero también es una realidad que puede golpear fuerte cuando agentes externos, como la pandemia que nos afecta hace más de un año, conspira contra las campañas que hacen las instituciones de salud para ir en apoyo de los centros de sangre de todo el país.

Es por ello que la nueva Unidad de Medicina Transfusional (UMT) del Hospital Metropolitano apuesta a ir más allá del eslogan y hacerle ver a la población, en una época en la que parecemos tener más conciencia que nunca de la necesidad de valorar la vida, que debemos hacer todos los esfuerzos para evitar un quiebre de stock de este recurso tan valioso en los próximos meses.

Así lo explica la tecnóloga médica Laura Alburquenque, nueva Jefa de la UMT, quien llegó para crear esta nueva unidad, que hasta hace unos días funcionaba fusionada con el Laboratorio Clínico, pero que ahora pasó a ser un ente independiente, cumpliendo así con el reglamento sanitario, debido al aumento en el número de pacientes que atiende el HosMet y, por ende, el incremento en el número de transfusiones.

“Contamos ahora con un equipo joven, muy motivado, de once personas, que incluyen a una secretaria, técnicos de laboratorio y tecnólogos médicos. Y la meta de todo el equipo es llevar a cabo, lo mejor posible, las solicitudes de transfusiones que se nos hagan, cumpliendo con los plazos establecidos, sin errores y cumpliendo todos los protocolos”, indica la Jefa de la UMT.

Con eso como punto de partida, el objetivo mayor es “poder aumentar la cantidad de donantes, porque el Centro Metropolitano de Sangre y Tejidos (CMST), con el que trabajamos nosotros, siempre está en déficit”. Y asegura que, para ello, es vital “el apoyo de toda el área clínica, para que se entienda que sin donantes nosotros no tenemos recursos para transfundir a los pacientes que están críticos”.

– ¿El confinamiento ha conspirado contra la captación de donantes?
– Así es. Hay que tener en cuenta que, el año pasado, el Centro de Sangre tuvo un quiebre de stock entre mayo y julio, cuando las cuarentenas fueron realmente efectivas y los donantes no estaban acercándose a donar. Se perdieron las universidades, se perdieron las colectas móviles. Se trabajó en un plan de contingencia y se logró reabastecer el centro a través de los hospitales que también aportan donantes, pero también hay que tener en cuenta que ya no contamos con esas donaciones que estaban en malls o universidades, por lo que la captación de donantes a través de los pacientes ahora es clave.

– ¿Cuál es el balance de este hospital en términos de la sangre que utilizamos y la que aportamos al CMST?
– La semana pasada tuvimos una reunión con el centro y estamos en números azules, pero hay que considerar que la demanda en este último mes, al abrirse nuevos servicios, ha vuelto a aumentar así que creo que estamos llegando casi al límite de eso, por lo que ahora nuestra prioridad es enfocarnos en los donantes de reposición de los pacientes que estamos transfundiendo.

– La campaña, en todo caso, imagino que es siempre permanente y urgente, más allá de los números rojos o azules, ¿no es así?
– Como trabajamos con el Centro de Sangre de la Región Metropolitana, tenemos que saber que esto es una red y entonces podemos no ser nosotros los que necesitemos sangre, pero sí quizás sea otro hospital el que lo haga, así nos vamos ayudando todos como red para que esto esté bien distribuido y nadie tenga que pasar por un déficit de hemocomponentes.

– ¿Qué le diría a la población en torno a este tema?
– Que, más allá del eslogan, la sangre es un regalo que podemos brindarle a quien realmente lo necesita. Se salvan vidas, realmente, cuando uno dona sangre. A nadie se la pueden cobrar, es un derecho y un regalo. Y la gente debe entender que si no van a donar, no hay hemocomponentes suficientes para transfundir, especialmente, a quienes luchan entre la vida y la muerte.

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