Servicios Generales: El engranaje que mantiene latiendo el corazón del Metropolitano
La puesta en marcha del Hospital Metropolitano, a partir de mediados del año pasado y en plena pandemia por Covid-19, ha significado un enorme desafío desde el punto de vista clínico para todos quienes han trabajado por ayudar a la descongestión de la red de salud chilena. Pero, para que todo aquello sea una realidad, ha sido clave también el trabajo del área de Servicios Generales, que es el que debe mantener latiendo el corazón del recinto.
Un trabajo muchas veces invisible, pero altamente desafiante, pues tal como explica el Jefe de Recursos Físicos, Luis Moya, “trabajar en un hospital, en el área constructiva, resulta muy estresante, porque los plazos siempre están sobre la mesa, pero hasta la fecha podemos decir, con orgullo, que el 100% de las solicitudes las hemos cumplido en los plazos requeridos, gracias al gran trabajo del equipo”.
“Es un desafío constante”, añade Maribel Durán, Jefa de la Unidad de Servicios, quien sostiene que “ha sido agotador a veces, sobre todo porque, cuando llegamos, este hospital se estaba recién implementado, por lo que se tuvieron que levantar y habilitar pisos contra el tiempo, así como mejorar infraestructura que estaba muy dañada”.
Ambos, sin embargo, concuerdan en que, pese a estos desafíos, la experiencia ha sido “enriquecedora”, según Durán, pues “uno no deja de asombrarse con el esfuerzo del equipo que tiene. Siempre digo que con un buen equipo todo se puede lograr. Y en este hospital tenemos un ejemplo de eso, ya que ha sido gracias a los chicos que acá laboran que hemos visto cómo cambió el hospital”.
No ha sido fácil amoldar a un equipo donde conviven diferentes culturas y experiencias de vida, pues siguiendo el ejemplo inclusivo del Metropolitano, una de las características del grupo es que hay trabajadores que llegaron desde el extranjero para hacer suyo el desafío de combatir la pandemia en Chile.
“Tenemos en nuestro equipo a varios extranjeros, de Haití, Venezuela… gente que viene a buscar una oportunidad a nuestro país y que le pone mucho cariño y respeto al trabajo”, cuenta Maribel Durán. Y Luis Moya agrega que “es gente con experiencia, la cual se ha combinado de muy buena forma con el personal de nuestro país, que también goza de mucha experiencia, en especial en hospitales, y a quienes les intentamos dar cancha para que vayan jugando en su quehacer, ya que son muy creativos en algunas soluciones que posibilitan resolver desafíos en plazos más acotados”.
Para Luciano Ayala, uno de los trabajadores del área, amoldar al equipo “ha sido todo un desafío, pues como en todo grupo humano hubo dificultades al inicio, pero con el tiempo hemos aprendido a conocernos y hoy tenemos un grupo muy unido, en el que todos nos apoyamos”.
“Ha sido todo un desafío, desde el inicio”, complementa, pero asegura que “a la vez, hemos aprendido harto, sobre todo a ser capaces de cumplir las metas que se nos imponen en los acotados plazos que tenemos”.
Durán agrega que “para nosotros, la recompensa más grande es ver el funcionamiento del piso, ver cómo se están atendiendo los enfermos, que es algo que tanto necesita este país. Y que esté todo en las mejores condiciones que podemos entregar para que la labor clínica sea lo más exitosa posible”.
“El principal desafío, para nosotros, ha sido poner instalaciones rápidamente a disposición de la red de salud pública, siendo al mismo tiempo un gran motivo de orgullo”, acota Luis Moya, añadiendo que “a los que nos gusta la salud pública, nos convocan desafíos como éstos. Y colocarse a disposición y encontrarse con gente que también está sumada a ese proyecto, hace que esta sea una experiencia dura, pero muy bonita”.
