Con la misión de relevar las dimensiones psicológicas, emocionales y sociales tanto de nuestros pacientes como de sus familias, se formó a fines de marzo pasado la nueva Unidad Psicosocial del Hospital Metropolitano, que fusionó a las antiguas unidades de Psicología y de Trabajo Social, pero manteniendo siempre su rol como parte del equipo multidisciplinario que funciona al alero de la Subdirección de Gestión del Cuidado.

“Desde la experiencia clínica, hemos notado cómo el proceso hospitalario afecta no solo la salud física de los pacientes, sino también incluye aspectos biológicos, sociales y psicológicos”, comenta la psicóloga Francisca Ramírez, jefa de la unidad, añadiendo que “ante una situación de crisis, como por ejemplo una hospitalización por COVID-19, es esperable que los pacientes reaccionen con angustia, tristeza, desesperanza o ansiedad”.

No obstante, agrega que junto con eso también se debe considerar que “los pacientes viven en un contexto social, forman parte de una familia, trabajan y cumplen un rol en la sociedad”.

Por ello, “hemos visto que, durante la hospitalización, al igual que los pacientes, sus familias también se ven afectadas emocionalmente, ya que muchas veces se angustian por no poder acompañarlos, así como también pueden ver disminuidos sus ingresos económicos o sumar otros problemas familiares que pueden surgir durante el periodo de hospitalización”.

“Todo esto hace que el paciente y sus familias se vean afectados por un alto nivel de estrés y que, por esta razón, les sea más difícil adaptarse a un nuevo contexto y estilo de vida, por lo que, en muchos de ellos, se hace necesario recibir apoyo”, explica Francisca Ramírez.

– ¿Por qué se decidió plasmar esta inquietud a través de una Unidad Psicosocial?

– En distintos programas (como colegios, protección de derechos, COSAM y CESFAM) se trabaja en dupla psicosocial. Estas se componen por una psicóloga y una trabajadora social, cada una aporta una mirada desde sus conocimientos técnicos, los cuales se complementan. Así el trabajo se ve enriquecido. En el HosMet, la experiencia nos ha demostrado que, en muchos casos, la razón por la cual los pacientes se angustian no sólo es por la enfermedad, sino por aspectos sociales.

Además, hemos visto que algunas familias tienen mucha dificultad para adaptarse al proceso de hospitalización, sobre todo cuando es por mucho tiempo. En estos casos, podemos brindar un apoyo permanente y significativo, acompañándolos en esta crisis. Esto puede ser a través de llamadas telefónicas, videollamadas o entrevistas presenciales, entre otras. Fomentamos que las familias tengan y manejen información sobre del estado de salud del paciente, y con ella puedan tomar las mejores decisiones.

– ¿Qué cambia, en la práctica, con la formación de esta unidad?

– Tenemos un listado de motivos por los cuales los pacientes y sus familias pueden recibir el apoyo psicosocial, que pronto estaremos difundiendo. Cualquier miembro del equipo que pesquise la necesidad, podrá comunicársela al médico tratante, quien debe realizar la interconsulta por sistema. Esta llega a la unidad Psicosocial y, según el motivo de derivación, creamos un plan de intervención y cada estamento realiza la función que le compete.

Es decir, la psicóloga apoya al paciente, realizando intervenciones que favorezcan a la disminución de sintomatología depresiva o ansiosa, que desee contribuir a su rehabilitación y/o que comprenda su estado de salud, etc., mientras que la trabajadora social seguirá realizando las gestiones sociales. La diferencia está en que, además de la labor que ya cumplíamos, se trabaja en conjunto de manera formal con un plan de intervención psicosocial, que tiene como objetivo acompañar, guiar y apoyar al sistema familiar completo cuando sea necesario.