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3 de octubre de 2021

Día del Hospital: Un vistazo a los primeros años de la medicina en Chile

Este 3 de octubre se conmemoró en todo el país el Día del Hospital, que pone de relieve la labor de miles de funcionarios de la salud en recintos como el nuestro y cuya relevancia se ha visto acentuada durante la pandemia de COVID-19 que estamos viviendo. Es, por lo mismo, un buen momento para hacer un poco de historia y repasar la génesis de la atención hospitalaria en Chile.

Lo más probable es que muchos se sorprendan de saber que el primer hospital de Chile se fundó hace nada menos que 469 años por orden del mismísimo Pedro de Valdivia, quien al final de su gobierno levantó el Hospital de Nuestra Señora del Socorro. No hay una fecha exacta del inicio de su labor, pero el consenso es que lo hizo el 3 de octubre de 1552.

Otro dato relevante: aquel recinto se convertiría luego en el Hospital San Juan de Dios y es por ello que en el logo de éste se lee, como emblema, la frase “El Primero de Chile”.

Según recogió el fallecido cirujano pediátrico René Artigas Nambrard en el volúmen N°54 de la revista Vida Médica, el Hospital de Nuestra Señora del Socorro se ubicaba originalmente en la Alameda, al oriente de la iglesia San Francisco. En 1617, adoptaría su nombre actual de la orden hospitalaria de San Juan de Dios, que ese año se haría cargo de la administración del recinto.

Éste sería, hacia el siglo XVI, el único establecimiento que podría definirse como de atención hospitalaria en todo el territorio, aunque con los años muchos gobernadores coloniales levantaron recintos destinados tanto a recuperar la salud de la población como a dar acogida a los sectores más pobres de la sociedad, siendo éstos tanto hospitales como hospicios.

Otro hito se marcaría el 14 de agosto de 1559, cuando el Cabildo de La Serena acordó la fundación del Hospital de Nuestra Señora de la Asunción, que prestaba atención tanto a españoles como a indígenas, aunque en precarias condiciones. De hecho, el obispo Fray Diego de Medellín le enviaría una carta al rey de España asegurándole que el recinto de hospital “no tiene más que el nombre” pues “se está por caer”.

Lo cierto es que el hospital aguantaría de pie otro siglo, hasta que fue destruido por el pirata Bartolomé Sharp en 1680. Lo cierto es que el Cabildo de La Serena ordenó su reconstrucción en el año 1700, aunque sólo reabriría sus puertas 45 años después y con el nombre de Hospital San Juan de Dios de La Serena, el cual sigue activo hasta hoy.

De acuerdo al sitio web Memoria Chilena, de la Biblioteca Nacional, otros recintos hospitalarios importantes ubicados en Santiago en la época colonial fueron la Casa de Huérfanos (1758), la Casa de Recogidas (1764) y el Hospital para mujeres San Francisco de Borja (1777).

En regiones, además del ya mencionado en La Serena, poco a poco fueron levantándose reductos como el Hospital de Valdivia, el San Juan de Valparaíso y otros en Concepción, Imperial, Villarrica, Angol, Osorno, Cañete, Castro, Chillán y Talca.

Cabe mencionar que la creación de recintos hospitalarios fue uno de los motores para la práctica de la medicina en nuestro país, que en principio se hacía en condiciones muy precarias y con supervisión directa del Protomedicato de Lima, que entregaba las licencias para poder ejercer la profesión y regulaba todos los temas relacionados con la dispensa de salud en Chile.

Esto, por cierto, en años marcados por epidemias tan mortales como la disentería, la fiebre tifoidea y, sobre todo, la viruela, las cuales causaron estragos en nuestra población. Como se observa, los años han pasado, los problemas son los mismos, pero la vocación de servicio de los profesionales de la salud está intacta.