Valentina Bustamante: “Trabajar en el Metropolitano me ha significado un crecimiento enorme”
A pocas semanas de cumplir un año en funcionamiento, en el Hospital Metropolitano queremos escuchar a los protagonistas de esta historia y, por ello, iremos conociendo a funcionarios de distintas áreas que nos contarán cómo ha sido, en lo personal, trabajar en el contexto de crisis que ha vivido el país y el mundo debido a la pandemia de COVID-19.
Una de ellas es nuestra terapeuta ocupacional Valentina Bustamante, cuyo primer recuerdo es haber llegado “a limpiar el hospital, como varios. Además, llegué sin tener mucha evidencia a mano respecto a lo que era el COVID-19. Especialmente en lo que se refiere a la terapia ocupacional en pacientes con el virus o enfermos críticos”.
Fue eso mismo, no obstante, lo que llevó a esta joven profesional, matea por autodefinición, a recabar “la poca evidencia científica que había y comenzar a elaborar protocolos. Fue un lindo desafío que nos propusimos todos y que fuimos haciendo con el equipo que estaba presente. Así, comenzamos a trabajar en conjunto, alineados con ciertos planes de tratamiento”.
Valentina recalca que justamente el partir casi desde cero fue algo “positivo como equipo, porque desde un comienzo fuimos viendo cómo nos íbamos a alinear y cómo íbamos a trabajar en el hospital. En el área de la rehabilitación lo hicimos y esa mancomunión ha hecho escuela con todos quienes han ido ingresado, convirtiéndose en un sello del trabajo en el Metropolitano, donde vamos todos remando para el mismo lado”.
A su juicio, ha sido importante también el que “llegamos muchos que somos jóvenes, con mucha motivación, iniciativa, hambre, ganas de hacer cosas y de aprender. En nuestro caso, hemos trabajado con esas ganas junto, por ejemplo, a los kinesiólogos y fonoaudiólogos y siento que hemos hecho un muy buen trabajo en el área de la rehabilitación de los pacientes”.
Ya en términos personales, Valentina siente que “trabajar en el Hospital Metropolitano ha significado para mí un crecimiento enorme. Partió como un desafío y, al cabo, el mayor aprendizaje nos lo ha dado la experiencia, tanto a mí como a mis colegas, porque cada paciente es un mundo diferente, que tiene un proceso y una rehabilitación propia y es ahí donde hemos resaltado la importancia de la terapia ocupacional, de cómo podemos tomar los intereses de los pacientes para hacer sesiones un poquito más motivadoras, pero que a la vez aporten en su rehabilitación”.
Valentina admite que hay momentos en que tanto ella como sus compañeras sienten el cansancio acumulado, pero en esos instantes “el trabajo en equipo es fundamental para no caer y estar motivándonos constantemente. Es importante tener buenos equipos, buenos apoyos y saber que, si yo no alcancé a hacer algo, puedo delegar ciertas tareas”.
Es aquí donde entra una de las capacidades de las terapeutas ocupacionales, que “a grandes rasgos, rehabilitamos tanto lo físico como lo cognitivo y lo emocional. Por ello, también nos pasan mucho en nuestra formación lo que es la salud mental, así que tenemos muy claro el tema del autocuidado, de cómo cuidar la mente”.
“Por lo mismo, hacemos estrategias entre nosotros, de pronto, para desligarnos del trabajo y nos juntamos fuera del contexto laboral. Vamos creando estrategias como equipo que nos sirvan. Yo ingresé sola, pero hoy somos ocho terapeutas y me he preocupado de que exista buena onda, compañerismo y que estemos unidas tanto en los momentos buenos como en los difíciles”, recalca.
